Terapia Electroconvulsiva

Marlon Edu Saavedra Delgado.
Psiquiatra.

La Terapia Electroconvulsiva (TEC) es un procedimiento que se realiza en psiquiatría desde hace casi 90 años; las dificultades técnicas de sus inicios han dejado una huella negativa en la impresión de la población general, la cual ha sido perpetuada a través de distintos medios (especialmente la televisión y el cine), en los que no se ilustran los avances que han permitido que este tratamiento continúe vigente y se considere muy seguro. Es por esto que se afirma que la TEC es posiblemente el tratamiento con más juicios de valor y estigma dentro de la medicina.
La idea general de la TEC es inducir una convulsión controlada por medio de la aplicación de un estímulo eléctrico cerebral, con la intención de mejorar síntomas específicos en pacientes que tienen alguna condición psiquiátrica amenazante de la vida, o una mala respuesta a otros tratamientos. Esto hace que la intervención esté considerada entre las últimas líneas de elección terapéutica, hecho que puede generar la idea errónea de que se trata de un manejo desesperado.
Aunque aún no sabemos con certeza cómo funciona, existe evidencia científica que apunta a varios mecanismos complejos, los cuales pueden resumirse en el cambio del funcionamiento de elementos químicos cerebrales (conocidos como neurotransmisores), su efecto sobre la electricidad cerebral (se considera antiepiléptico) y la regeneración neuronal (neurogénesis). Dentro de este mismo campo de investigación se ha encontrado que no hay daño neuronal; sin embargo, existe aún evidencia anecdótica (testimonios de algunas organizaciones o pacientes) sobre efectos negativos, sin que ello se haya podido corroborar a través de la rigurosidad del método científico, por lo que se sugiere que estas afirmaciones pueden ser una malinterpretación de algunos resultados clínicos adversos, con elementos adicionales a tenerse en cuenta.
El tratamiento no es para todas las condiciones psiquiátricas; dado su mecanismo de acción, existe un consenso respecto al tipo de paciente que puede recibir TEC. Entre sus indicaciones podemos contar:
Depresión: Usualmente grave, que no ha respondido al tratamiento farmacológico usual, o con intensos pensamientos de suicidio.
Manía: Episodios graves, que no hayan respondido al tratamiento farmacológico usual, o requieren rápida disminución de los síntomas.
Esquizofrenia u otras psicosis: Igual que lo anotado para manía.
Catatonia: Es un problema neurólogico y psiquiátrico que altera de forma importante la condición física del paciente, y se considera urgente de tratar. La TEC es uno de sus tratamientos más exitosos.
Agitación o violencia: Sobre todo en aquel paciente padece de demencia.
Respuesta previa a la TEC: Los pacientes que ya han recibido TEC con buenos resultados, pueden repetirlos en caso de necesitar de nuevo el tratamiento.
Otras indicaciones: Se ha observado que la TEC es útil en pacientes que no toleran medicamentos, en la mujer embarazada (no hay evidencia de problemas fetales), así como en otras condiciones neurológicas como la enfermedad de Parkinson, epilepsias que no responden al tratamiento entre otros.
Para poder obtener la mejoría, dependiendo del tipo de diagnóstico, la propuesta es la aplicación de varias sesiones, por lo que el número de las mismas puede oscilar entre 5 y 15, según el protocolo que se utilice por parte de la institución que da el tratamiento, el diagnóstico del paciente y su respuesta a la intervención, pudiendo recibir más o menos sesiones del promedio.
No existen contraindicaciones absolutas para recibir el tratamiento; sin embargo, es importante tener en cuenta las contraindicaciones relativas, pues estas pueden dar cuenta de un riesgo un poco mayor de efectos secundarios, principalmente en condiciones cardiovasculares y neurológicas.
Los efectos secundarios más frecuentes son:
Dolor de cabeza o mandibular.
Dolor muscular y fatiga.
Náuseas.
Confusión.
Alteraciones de memoria (principalmente a corto plazo; se considera que no hay problemas en la memoria biográfica del paciente –recordar quién es o su historia-).
Todos estos efectos indeseables se consideran transitorios, y desaparecerán una vez que se haya terminado la aplicación del tratamiento, aunque algunos de ellos, en especial los de memoria, podrían llegar a tener una duración de entre dos semanas y hasta seis meses; hay algunas técnicas especiales que pueden disminuir este efecto. Dadas las precauciones que se tienen antes del procedimiento, las fracturas o luxaciones son algo muy infrecuente, y no hay reportes recientes de este tipo de eventos, aunque sí pueden ocurrir mordeduras menores de la zona interna de las mejillas o los labios. Por otro lado, el procedimiento suele aumentar la tensión arterial y la frecuencia cardiaca del paciente, por lo que, en teoría, podría haber problemas cardiovasculares, siendo más susceptibles aquellos pacientes con antecedentes relacionados. Se estima que la mortalidad por TEC está por debajo del 0.5%.
El protocolo general para un paciente que va a recibir TEC es muy similar en todos los lugares que se administra. De inicio se requiere una confirmación del diagnóstico y del motivo de su indicación; si esto se da, entonces se realizará una evaluación física general del paciente, la cual incluye una valoración cardio-respiratoria y pre-anestésica completa. En caso de alguna contraindicación relativa, se toma en consideración el aplazamiento del inicio de las sesiones hasta que esta esté controlada, o se llevan a cabo ajustes del mismo procedimiento para proteger la integridad física del paciente.
Una vez que se ha definido el inicio de un ciclo de sesiones, durante el tratamiento se hace una monitorización completa del paciente (electrocardiograma, electroencefalograma, saturación de oxígeno, tensión arterial, frecuencia cardiaca, frecuencia respiratoria), teniendo en cuenta que recibirá una sedación anestésica y relajación muscular, con la intención de evitar lesiones, y la cual se realiza con el paso de medicación intravenosa, por lo que el paciente necesitará de la aplicación de un catéter en su brazo (mediante aguja estéril) conectado a una solución para este fin. El experto realizará una estimación del nivel de energía a ser aplicado, para lo cual se cuenta con protocolos escalonados y máquinas de TEC que evitan que se apliquen estímulos no controlables. Previo a la inducción de la convulsión, se asegura la vía aérea del paciente para optimizar su oxigenación, y posteriormente se realiza protección de la boca, los dientes y la lengua. La duración de una convulsión controlada terapéutica oscilará entre los 25 y los 120 segundos, por lo que la duración total del procedimiento es de unos cinco a diez minutos, sin contar con el tiempo que le tome al paciente recuperarse de la sedación (el cual suele ser muy corto, no más de 20 a 30 minutos). Todas estas particularidades implican la necesidad de acudir con un ayuno de al menos ocho horas al procedimiento.
Las sesiones pueden ser dadas en pacientes hospitalizados y ambulatorios, pues no suele requerirse de una mayor monitorización a la que se cumple con la recuperación total del paciente; sin embargo, en pacientes graves o con condiciones especiales, la estancia hospitalaria sería lo recomendable.
Los efectos terapéuticos serán notados a partir de un número particular de sesiones, dependiendo del motivo para estar recibiendo la intervención; esto será hablado con el médico tratante y el experto en TEC, con la intención de valorar el alcance y la continuidad del tratamiento, siendo lo usual que esto ocurra entre la quinta y la sexta sesión.
Aunque el tratamiento en general presenta porcentajes muy positivos de recuperación, existe la posibilidad de que esta tarde en presentarse, o, en algunos pacientes en particular, no llegue a darse; esto depende de muchos factores individuales, pero genera la necesidad de ser muy enfáticos en mantenerse apegados a las indicaciones del médico tratante, pues a pesar de recibir TEC, es muy probable que se requiera de medicamentos para facilitar/mantener su efecto, e incluso psicoterapia (llevada por psicología con algún énfasis).
Lo más recomendable es procurar disipar todas las dudas posibles con los profesionales involucrados, y en caso de no tener la seguridad suficiente, evitar someterse al tratamiento, discutiendo con su médico las posibles consecuencias a su salud en caso de no llevarlo a cabo.
Para más información, se puede acceder a los siguientes enlaces:
https://www.mayoclinic.org/es-es/tests-procedures/electroconvulsive-therapy/about/pac-20393894#:~:text=La%20terapia%20electroconvulsiva%20es%20un,convulsi%C3%B3n%20breve%20de%20manera%20intencional.
https://alerta.salud.gob.sv/la-terapia-electroconvulsiva-y-su-vigencia-en-la-atencion-psiquiatrica/
https://intermountainhealthcare.org/ckr-ext/Dcmnt?ncid=521027250
http://www.imss.gob.mx/prensa/archivo/201703/066
https://es.familydoctor.org/como-funciona-la-terapia-electroconvulsiva/
O acuda con su médico psiquiatra de confianza.

Lugares donde se aplica Terapia Electroconvulsiva en Ciudad de México:
Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz.
Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez.
Unidad de psiquiatría del Hospital Español de México.

Fuentes:
Consenso español sobre la terapia electroconvulsiva:
http://www.sepsiq.org/file/Enlaces/SEPB%20-%20Consenso%20Espa%C3%B1ol%20sobre%20la%20Terapia%20Electroconvulsiva.pdf
Terapia electroconvulsiva, clínica mayo:
https://www.mayoclinic.org/es-es/tests-procedures/electroconvulsive-therapy/about/pac-20393894#:~:text=La%20terapia%20electroconvulsiva%20es%20un,convulsi%C3%B3n%20breve%20de%20manera%20intencional.
Massachusetts General Hospital: Tratado de Psiquiatría Clínica, 2da edición:
https://tienda.elsevier.es/massachusetts-general-hospital-tratado-de-psiquiatria-clinica-9788491132127.html
Dignificando una terapia electroconvulsiva basada en la evidencia:
http://umh1946.edu.umh.es/wp-content/uploads/sites/172/2015/04/Revista-de-Psiquiatr%C3%ADa-y-Salud-Mental-2015-2.pdf